Caminaba con los ojos pegados al suelo y apareciste de la nada.
Haciendo explotar todo alrededor y dentro de mí.
Parece no importarte nada y que estoy en medio de tus cejas.
Manos capaces de doblarse junto a las mías, desechar revoluciones lentas y llevarme a volar.
Desconozco mi estado de conciencia cuando al mirarte me miro.
Apartar las pesadillas y aliviarnos la vida, interesarse en cosas más profundas que lo que proyectamos.
Deseos de encajarme entre tus brazos, poder oler tus deseos cerca de mí.
Reconocer monotonías y aún así maravillarme por el halago traducido en tu intento de conquista.
Alegorías de encontrarnos, de sentir tu ligero beso en mis dedos tocando la puerta sin entrar aún.
Reposar tendida con una sonrisa en el rostro al hacer memoria de tu pose de galán, con ganas de ser mío y no más.
Vayamos a caminar entonces y veamos a dónde vamos a parar.
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