A gusto cuando cierro los ojos y al abrirlos no hay diferencias, sumergida en la dinámica familiar que pese a no ser mía se siente tan mía.
No hablo de suplantar, para nada, hablo de suerte la que ha brillado para mí pues me ha tocado más de una vez y tengo una sonrisa para brindar.
Hay calidez que apacigua el corazón, que nos da la mano y nos enseña a caminar y descubro que a pesar de mi vasto conocimiento, siempre hay más.
Soy testigo y me asombro, abro bien los ojos y me encuentro volando. Pensé podrían ser sólo sueños pero no, todo está vivo a medida que tocando me deslizo.
Entonces descubro que a todos se nos presenta un tesoro, todos tenemos el chance de tener suerte, sólo que en distintas maneras y sé que ésta es la mía.
Intento encontrarme aquí sin alguna menor idea, no es que sea la solución a mis problemas pero es la manera de sobreponerme, de inspirarme y darle el chance a mi corazón de intentar una vez más.
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