Decir, decir y decir y que aún no sea suficiente; lo olvidado ¿acaso no debería borrarse?
Mientras persigo lo que me he propuesto, me pongo a pensar si debería detenerme aunque sea a tomar aire, y resulta darme pavor parar y no recuperar el aliento para continuar.
¿Deberíamos renunciar a lo que nos da miedo? ¿Dónde comienzas y terminas?
Hubo ocasiones en las que avancé por tener miedo, hasta eso lo agradezco; lejos de mi alcance descansa el poder de lo intangible, aún agradezco la visita de la magia a media noche.
La formación de un paraíso donde sólo hay tierras ásperas, donde los frutos han nacido de las entrañas del engreído o del goce del terrorista.
Por allá en mi descanso, justo cuando los sonidos se apagan, cuando se sintonizan mi pasado, mi presente y mi después.
Terminemos el camino enrutados al juicio de nuestros sueños, brillemos culpables por los cargos de salir adelante mientras los grandes siguen cayendo.
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