es el desafío constante para hacer que todo cuente,
ojalá la paciencia aguante y logre ver que regados
por el mundo hay otros anormales.
Ser diferente es maravillarse cuando
todo el mundo deja pasar.
Prestar atención a aquellas cosas que
nadie jamás nunca escuchaba.
Cuando descubrí todo eso, el momento que
más me sentí sola y feliz porque no era copia
del patrón, ¡soy anormal!
Y no hay vergüenza que equipare,
yo reconozco a los de mi clase directamente a los ojos,
aún cuando el miedo ataca, encuentro la paz
y la valentía de decir: aquí estoy, vengan por mí.
Para las batallas venideras prometo no estar sentada,
es una lucha mía, una locura de todos los anormales.
Diferente y anormal ¡qué alegría!
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