El tiempo parece ir al revés, no existen más gritos que los de mi corazón, nadie sabe que no existe algo más difícil e importante que tener confianza y amor propio en el corazón.
Hay que olvidarse del frío de la agonía y la ironía, que verte deje de ser triste; hay un camino para ser feliz.
Las buenas intenciones nos aseguran que existen cosas celestiales en la tierra, saber que lo primero es hacernos feliz a nosotros mismos para luego brindarle al mundo.
Que florezca la luz y la magia, cosechar las buenas virtudes, arrojar la suerte por la ventana porque hemos decidido ser feliz.
Que de ahora en adelante se cierren los paraguas y recibamos la bendición y la buena esencia que viene con la lluvia.
Basta de brindar intriga, de enseñarle al bebé a pelear primero que amar.
Afuera los corazones arrugados, estríper para el alma, las sonrisas se tallan mientras que las riquezas son solo una sticker.
Arriba, arriba, aprendamos que el Señor está arriba, y que el curso natural es seguir al corazón, no que él nos siga a nosotros.
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