Siento los encontronazos ¡bienvenidos a este mundo anormal!
Donde te sientes seguro, te arrebatan el corazón; se ocupan del odio y abandonan al amor.
Aquí nadie jamás se ha perdido, porque en cuanto pides ayuda te mandan a la porra.
El pensamiento preconcebido pesa más que cualquier buen augurio.
Camino media cuadra y veo un horror tras otro error, fallas compradas y defectos sobrestimados.
Eso de encajar es proporcional con lo que estás dispuesto a sacrificar.
La sobrevida, el pesar y las agallas, un coctel de drogas para los débiles.
Dudar de las acciones y aún así cuestionarse lo que se dice, cambiar por dentro aún más que de ropa,
luego parece no tan sorprendente no sentir nada.
Triste y patético que una botella de alcohol esté más llena que tú,
¿qué pasó con la voz dentro de ti?
No es suficiente llenarse las entrañas, ¿qué pasa con el corazón?
El mundo transformado en un condenado iglú y tú frente al espejo con una bonita sonrisa.
¿En serio te basta tan poco?
Dime entonces y en serio, ¿QUÉ PASA?