Se acaba el mundo

Así es, esta noche no hay letras bonitas, el ruido invitó a las soledad, aquí voy en esta tenebrosa travesía.
Estoy junto a ¡NADIE! Guerras, hambre, miedo, oh sí muchísimo miedo, porque se está acabando el mundo y parece no importar, es más: ¡NO me importa!
Puedo estar allá o aquí, de verano o invierno, no vale la imaginación, aquí estoy de noche y además no se cumplen estaciones a donde vivo.
Estoy en cólera, soy un volcán de ira, incluso estoy perdiendo los papeles, me molesta TODO, a pesar de lo vivido, yo no generalizo, pero es que estoy en época de perros ciertamente.
Se acabó el mundo aunque crea en Dios, la Virgen y la resurrección de Jesucristo, porque sencillamente caí de cabeza en un cenicero.
Y la mente se me queda en blanco, mi corazón entra en agonía, estoy furiosa porque creo permitir o incluso auspiciar el fin del mundo.
Pero es que la duda tocó a mi puerta, mi vida, mi vida que tanto amo y me ha enseñado, ha dejado de ser la misma, y por tal si: ¡el mundo se acaba!