Es ahora más que nunca cuando estás conmigo, cuando me acompañas en el corazón y en persona, el momento exacto donde comprendo que a pesar del tiempo que estuvimos separados, nunca nos dejamos ir.
La sensación de que para nosotros sólo quedaba un abismo, resulta que jamás nos hemos permitido caer.
Reconocer que las molestias desaparecieron y que lo verdaderamente difícil era extrañarte… Afrontar que resultaba mejor hacer de cuenta que vivíamos distanciados por océanos, porque de sólo cruzar mi mirada con la tuya, me perdía en ti.
Saber que nuestro lugar es intocable, que nada es “demasiado” si es cuestión de luchar por ti, hasta el miedo lo abandono.
Me hacía falta ese puesto que ocupas, que no me hace sentir ingenua al pensar en el futuro, yo contigo me preparo para cualquier cosa, para volar y brillar, ¡bienvenido amor mío!
Tal agua de manantial, como los cuentos antiguos, contigo recrear las historias mágicas resulta fácil, tú me haces creer, reparas la ventana rota por la desilusión.
Esa manera de no cambiarme, de amarme tal cual; amor tú eres un hacedor de milagros y contigo para siempre me quiero quedar.
¡Bienvenido por siempre amor mío!
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