Todo puede ser perfecto

 

No quiero ni por casualidad saber lo que otros piensan de mí, no me gusta ir detrás de nadie, yo soy mi propia brújula.

Así mismo ¿qué es ese estilo de decirme cómo querer? Las cosas del corazón son libres y autónomas; nunca es tarde para nadie porque nada es blanco o negro, nada es absoluto, todo es relativo.

Igual que esos pensamientos suicidas acerca de dónde está Dios con relación a mí; ¿cuántos apuestan a la suerte y quiénes a los milagros?

Todo aquello que me torturaba pasó a ser tan simple, todo aquel pavor hoy es más claro, he visto caer y aún así no me río de la tragedia ajena.

En medio de una población masculina, justo en el centro del montón habitas tú como un agente extraño porque sólo contigo me quiero ir a casa.

Poco me han de importar las estadísticas, aún con saldo negativo me siento afortunada, por la oportunidad de entrar en razón y cursar con locura, vivir en el intrépido equilibrio entre el pensamiento y el corazón.

Desconectar los malos hábitos y estacionarme cerca de tu cuerpo, esperar el aterrizaje de las estrellas y saber que todo puede ser perfecto.

Libertad

 

La búsqueda más elemental, casi tan igual que la del amor.

Ser libre confiere el poder de empezar los diversos ciclos, maquinar cualquier plan y encontrar el modo de cerrar las compuertas que separan el pasado del presente.

No creernos seres libres puede ser razón de insomnio, profundas heridas y terribles recuerdos; libertad es por definición muy distinta a la malversación de la sociedad, no es bajo ningún pretexto el hacer lo deseado sin importar el atropello y las injurias a los demás.

Muchos deciden ser de los que no entienden que considerar al ente ante nosotros es renunciar a la libertad, muchos son aquellos que no ven más allá de su plano de sustentación.

Libertad es saber que nadie me detendrá si quiero lograr algo, porque mi autolimitación la transformo en trampolín. Entendí que no hay mayor libertad que aquella de ser auténtico, saber que no se hace daño con liberar las cosas del corazón, recordar la sonrisa de dar algo porque así se quiere y no porque sea una obligación.

Libertad del libre pensamiento, del libre albedrío, de la libre escogencia, de la libre ideología… Esa libertad que me acompaña y me da seguridad.

Por esa libertad vivo y lucharé hasta el fin.

Bienvenido amor mío

Es ahora más que nunca cuando estás conmigo, cuando me acompañas en el corazón y en persona, el momento exacto donde comprendo que a pesar del tiempo que estuvimos separados, nunca nos dejamos ir.
 

La sensación de que para nosotros sólo quedaba un abismo, resulta que jamás nos hemos permitido caer.
 

Reconocer que las molestias desaparecieron y que lo verdaderamente difícil era extrañarte… Afrontar que resultaba mejor hacer de cuenta que vivíamos distanciados por océanos, porque de sólo cruzar mi mirada con la tuya, me perdía en ti.
 

Saber que nuestro lugar es intocable, que nada es “demasiado” si es cuestión de luchar por ti, hasta el miedo lo abandono.
 

Me hacía falta ese puesto que ocupas, que no me hace sentir ingenua al pensar en el futuro, yo contigo me preparo para cualquier cosa, para volar y brillar, ¡bienvenido amor mío!
 

Tal agua de manantial, como los cuentos antiguos, contigo recrear las historias mágicas resulta fácil, tú me haces creer, reparas la ventana rota por la desilusión.
 

Esa manera de no cambiarme, de amarme tal cual; amor tú eres un hacedor de milagros y contigo para siempre me quiero quedar.

 

¡Bienvenido por siempre amor mío!

Aquello que nunca has visto

 

Me he visto atrapada en medio de aquel deseo de seguir adelante, de tener una sed eterna de no rendirme; mirar hacia el cielo y saber que darme por vencida no es una opción, mi corazón está lleno del poderío que sólo otorga la fe.

Se siente el amor de estar enamorada de la vida, pasar por atrevida, ingenua y suspicaz, no tengo problema con que me separen del montón, sé que todos somos distintos, que la vida es relación: con Dios, nuestro mundo, el alrededor, con nosotros mismos; el hechizo de la chocante energía en nuestro interior cuando hacemos conexión.

Arriba el deseo desenfrenado de proclamar la libertad eterna, unidos de nuevo sobran los motivos para la gran fiesta.

Aquello que nunca has visto y aún así siempre te acompaña como la brisa, para unos vale nada y para otros nada se compara.

No entender y aún así sonreír, no por vergüenza sino porque sabes que la oportunidad volverá, porque anhelas la lluvia esperanzadora que te trae a flote las voces del concejal de tu obrar.

Entender y no olvidar, que cuando cesan los conflictos internos se halla salida a los que tenemos con el resto del mundo y el fin de la injusticia es inminente.

Sin miedo al miedo

 

Saber que el miedo existe aunque todos disimulen y le huyan como a tal epidemia.

Resulta entonces irónico que lo más difícil para el ser humano sea no tenerle miedo al miedo.

Sentir miedo es conocer nuestras limitaciones, es hacernos conscientes del riesgo o ¿acaso cuando cometemos “locuras” no sentimos nada?

Cuando amamos a alguien sentimos miedo: de herirlo, de alejarlo; cuando somos felices haciendo algo, tenemos miedo de estropearlo porque nos hacemos conscientes del plano del tiempo y del espacio.

Quien experimenta el miedo aprende a conocerlo y aprende a dominarlo, sabe que existe el control y que a diferencia de algo negativo puede convertirse en algo más que positivo.

Aquel que siente miedo, valora y protege aquello que “peligra”, actúa según las circunstancias y se arriesga a actuar como su corazón le indica, porque sabe que no tiene nada que perder pues su miedo le ha mostrado el peor escenario posible, las consecuencias de sus acciones y ahora sólo resta la valentía y el coraje de enfrentar el desafío.

Para sorpresa de muchos no existe alguien más en compañía que quien conoce la soledad, nadie consigue la seguridad que aquel que ha sentido el miedo, porque nada lo toma por sorpresa, nada lo detiene ni lo perturba porque confía en su actuar y porque sabe que es afortunado por naturaleza.

Tenerte como amiga

 

Bastan pequeños detalles para confirmar grandes teorías; así supe que el tiempo me daría la razón contigo.

Esa clase de amistad que te permite ir de un lugar a otro sin dejarte nunca en soledad, ver tu ruta de cambios con una sonrisa porque sé que no importan los cambios, nada nos afecta.

Mirar nuestras fotografías y saber que nos sobran los recuerdos, celebrar aquella seguridad de que en cada espacio permaneceremos en compañía.

Saber que tú también lo sabes, los tiempos de niñas, los tonos grises y todas las tonalidades brillantes, en mi lista de cosas especiales puedo tachar tenerte como amiga.

Dicen que hay que pedirle más y más a la vida, ¿será que es necesario? Si puedo contar contigo, si no existen los malos recuerdos, si logro descubrir las lágrimas detrás de la sonrisa, tolerar tus gritos y conocer todas tus manías,  y aún así quererte como tía de mis hijos.

Si me declaro feliz y afortunada ten por seguro que en el inventario de mi vida figuras, porque de todo el mundo nadie es como tú y es una fortuna tenerte como amiga.