Y aterrizo en un 2 de Enero como algo de otro mundo y lo digo por el duelo de las cosas banales, las heridas que van comiendo cuerpos y almas...
El año comienza y yo parezco ir en dopaje de alcohol pues veo la sangre y no respondo a la tragedia, tal vez es la ilusión del buen augurio: ¡todo irá sanando!
Tanto por hacer y aún por soñar, el viento me servirá de trampolín, no pararé el vuelo, me ames o no, respiro de nuevo, con más fuerza y coraje.
Antes las cosas pesaban más de la cuenta, sobrecarga de angustia por navegar sola, hoy sé que volveré a ver al amor de nuevo, en el momento justo y perfecto.
Mientras: reiré y no me perderé.
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