Cuando analizo la cronología de los acontecimientos pienso: ¡me tienen que estar jodiendo!
Sin embargo, sigo asumiendo el control, como lo he hecho, pues este control, mi control no lo cedo nunca más.
La numeración elevada corresponde a los muchos intentos fallidos en el pasado, hoy agradezco la indemnidad de mi memoria retrógrada y anterógrada, y eso que no se trata de rencor.
¿Que si continúo reviviendo lo pasado? No. ¿Que si a lo pasado, pasado? No. Y mira que yo no soy vengativa, solo que tampoco soy Jesús para colocar la otra mejilla una y otra vez.
Parece mentira el tiempo transcurrido, la impresión que produce el enmudecimiento de los recuerdos que hoy no son más que trazos en una superficie desgastada.
¿El pálpito? Asumo que es obvio, yo no soy de hierro, solo espero que la confrontación que aterriza sin preaviso sepa que tengo una maestría en azote y que los tiempos de titubear así como los pasos de grandes numeraciones que requería, han quedado en el ayer, caídos y derrumbados.
Me identifiqué. Todos los finales son el mismo repetido.
ResponderEliminarQue placer cuando alguien se identifica. Espero te sientas bienvenida siempre a leer y formar parte de la recolecta!
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