Recolecta
martes, 24 de julio de 2012
Pregunta con respuesta
Comenzaré con una pregunta simple ¿en serio eres la misma persona? La respuesta varía según el escenario: frente al espejo, frente a ti, frente al otro, frente a la nada; dirigido a ti, a mi, a él…
¡Disparates! Eso parece, eso creerán los demás; cuchicheos a oídos ajenos que se traducen en la gama más variable de temas sutiles, incoherentes, micros, sublimes, enriquecedores, ensordecedores, pero sobre todo ¡jugosos!
Son pinceladas que engalanan este transitar tan apático en el cual hemos sido arrojados y sí, puede existir agobio por las injurias o el fenómeno post-ictal, pero al final en medio del hábitat desenfrenado, existe también una bocanada esperanzadora.
Pregunté si eres la misma persona por esa manera de fluctear: blanco y negro, calor y frío; lo pregunto con insistencia y entusiasmo, espontáneamente, para saber si soy testigo y/o partícipe de la magia y del poder de aquello que nos antecede y aún así nos toca, nos aboca a tomar parte de lo que vive transitando alrededor de muchos sin siquiera pernotar.
Entonces, terminaré con un ¡G R A C I A S !
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