De acuerdo a los consejos de mi madre, debo salir en búsqueda del hombre respetuoso, siempre sonriente, con aires infalibles de superación, con vicios iguales a los míos o de superar por dos; un hombre cuya familia sea fácil de querer, joven cumplidor de promesas, que se quede a “pelear” y que no me deje nunca.
Un hombre digo yo, lo suficientemente loco para amar y calzar con mi familia, y al mismo tiempo cuerdo para saber ver lo que estoy dispuesta a dar.
No quiero dibujar mi hombre ideal, quiero ganarle a la decepción, no quiero fingir ilusión si viene “fallo”.
Quiero un hombre que reconozca mi aroma, que le guste que ame lo que ame aunque a él no le guste hacer esas cosas, que se deje ver a los ojos aunque en verdad le vea el alma.
Confío en la llegada del hombre que me dará el aliento que no he perdido y que nunca he esperado; quiero un hombre feliz a quien le pueda dar más que felicidad, quiero un príncipe a quien darle amor sin vencimiento.
Quiero un hombre que aunque este completo, necesite siempre de mí; un hombre para el que la fidelidad sea un premio y no un casitgo.
Quiero un hombre con quien cumplir mis promesas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario