No logro descansar de mi asombro,
cuando en medio del torbellino diario
logra alcanzarme la nobleza
de quiénes aún intentan calentar al mundo.
Sentirse agradecido por saberse querido
a través de un abrazo
y disfrutar de la alegría de reencontrarse
sin importar las distancias.
Descubrirse emocionados
por reconocerse en el reflejo del otro,
vivir al máximo como tratamiento
paliativo para combatir la apatía y el estrés
e ir con frecuencia al oftalmológo
para ver bien las cosas del corazón.
Porque en medio de todo el mundo
yo me he encontrado contigo
y son precisamente los recuerdos en mi alma,
el arma para defenderme de los malhechores.
El tesoro que nadie logra arrebatarme
es elevarme hasta el cielo en un globo aerostático, y reconocerte.
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lunes, 10 de agosto de 2015
El tesoro
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