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viernes, 28 de febrero de 2014

Día no protestable.

Bombas de color patente, suplantando las lacrimógenas de la guardia nacional.
El lugar se enaltece por las personas que  hacen compañía.
Aún si te sientes corazón partío, aún así puedes sentir.
Sé lo pesado del pronóstico, pero siempre es bueno estar con los que se ama, sentir la vida con algarabía, a pesar de todo.
Vayamos a adentrarnos en las dunas, a llenarnos de granos de mostaza que puedan retozarnos el alma y colmarnos de esperanza.
Hagamos el viaje de ser como niños, así sean unos vándalos, ojalá encontremos pronto una pared.
La manera de vivir es lo que verdaderamente nos diferencia.
Disculpen mi lejanía momentánea, los miedos han de paralizarnos con tapujos.
Pero por favor no crean es falta de confianza, ahora que pueden ver mi corazón abierto.
No sé si realmente fue una tarea, un propósito o una conexión, a lo que sea, le debo mi eterno agradecimiento.
¡Me siento en la cima! Literal y metafóricamente.
Para mantenerme viva necesito esto.
El fuego, la risa, el recuerdo eterno en la memoria del cerebro y de mi celular.
Disculpen mi color, conozco la pena de mi país, les juro no soy ajena a mi pueblo.
Disculpen pero debía recordarme a qué sabe la vida, recordarme lo que valen los hijos de esta madre tierra maravillosa y la hermosura que brota de cada esquina.
He tratado por muchos años mantenerme caliente, sentir el amor que va y viene en una misma autopista,las historias que cuestan asumirse porque te han marcado hasta los huesos.
En el mundo parece nevar, y mi país  ser la cúpula de todo ese infarto; cómo aprieta la maldad de unos desalmados autodenominados "gobierno".
La gente corre como en busca del sueño, y yo también lo hago, sólo que hoy pude apreciar la vista y saberme afortunada, porque comparto con mis amigos lo sagrado: el amor; el amor al país, a la gente, a la libertad, a la paz; amor a soñar.